Carolina Patalano es médica neurocirujana (MN. 139204). A sus 32 años recuerda cómo Dios la guió para tomar ese rumbo. No obstante, la oración fue su aliada desde pequeña al vivir en un hogar cristiano: “Estaba en el secundario y un día oramos con mi mamá pidiendo ayuda a Dios para que me muestre qué tengo que estudiar. Allí pensé en medicina”, afirma.

Actualmente ejerce su profesión en el hospital Fiorito de Avellaneda, Buenos Aires (Argentina). En ese lugar, la doctora dedica algunos minutos para orar por y con sus pacientes. “Siempre traté de ofrecerle a la persona si quiere que ore con él o con ella. No encontré gente que se niegue. Siempre están muy agradecidos y sorprendidos al ver un médico orando por ellos”, asevera la profesional de salud.

Una de las experiencias que vivió la doctora Patalano se dio en plena guardia del hospital. Allí se acercó un paciente con enfermedad terminal para realizarse un procedimiento. Ella afirma: “En ese momento luego de atenderlo, de hablar con el paciente, le ofrezco hacer una oración. Él me responde que estaba enojado con Dios por cosas que le habían pasado en su vida. Sin embargo, accedió a que hiciera la oración y ahí vi cómo cambió totalmente. Lo vi con una actitud de tranquilidad y paz. Un cambio de 180 grados”.

“Luego, todas las semanas que venía a la guardia me pedía que orase por él. Que le regale una Biblia. Cultivamos hasta cierta amistad con el paciente hasta que un día me enteré que falleció”, cuenta emocionada Carolina. “Muchas veces el pronóstico no es el mejor, pero es importante que los médicos acompañemos”.

Estilo de vida

Otro de los casos en donde la oración fue importante para los pacientes de la doctora Patalano fue cuando se encontró con un ateo. “Soy ateo, -me dijo- pero si querés haz la oración igual. Así que oré y nos despedimos. A la semana siguiente nos cruzamos en el hospital y me dice que le sucedieron muchas cosas y que a partir de ahora creía en Dios”, cuenta asombrada. “Evidentemente le pasaron cosas que le dijeron, según su lógica, que Dios existía”, cuenta la neurocirujana.

Para la doctora Patalano, orar con los pacientes es importante. Ella hace hincapié en algunos estudios científicos acerca de los beneficios que trae la oración para los pacientes: “En estas investigaciones se encontró que la oración mejora la calidad de vida, disminuye los niveles de estrés, ansiedad y desesperanza. Son beneficios para la salud mental que repercuten en la salud física. Es beneficioso para el paciente darle esa contención”. Por eso, la oración es fundamental en la vida de todos. La doctora concluye: “veo el antes y el después de cada oración. Los pacientes están más tranquilos y con paz en el corazón”.

Sin duda que existen muchas historias sobre la oración. Es bueno saber que Dios escucha cada una de ellas. Y es por eso que en el marco de los 10 días de oración y 10 horas de ayuno que planifica la Iglesia Adventista en Argentina desde el 14 hasta el 23 de febrero, es importante conocer el poder que tiene la oración. El pastor Erton Köhler, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para Sudamérica, afirma: “Que los 10 Días de Oración y 10 Horas de Ayuno nos permitan reflexionar y unirnos en oración por nuestras necesidades y desafíos”.